Visión cristiana
Información sobre la fe cristiana y la dignidad humana en relación con el mundo actual
Saturday, May 17, 2025
Sunday, April 27, 2025
Sunday, April 06, 2025
Saturday, March 22, 2025
Búsqueda y encuentro de la verdad
Buscar la verdad es algo
profundamente humano. Se trata de un itinerario relacionado con el cariño recibido en la
infancia, con el hogar donde nos criaron y educaron. También esta búsqueda de
lo auténtico puede tener que ver con situaciones de falta de justicia en nuestra
vida y en la de los demás, que nos mueven a encontrar un sentido a algo que no
comprendemos. Por otra parte, los sueños de la juventud aspiran a algo que nos
llene la vida. Para esto habrá que ser generoso y saber rechazar ofertas
aparentemente atractivas, bajo cuya máscara se encuentra la mentira. A medida
que maduramos la realidad va imponiendo sus límites, en ocasiones bastante
precarios. Avanzada la trayectoria profesional, uno puede encontrarse con un
panorama más modesto de lo que había previsto. Y entonces parece que lo que
toca es simplemente “ir tirando”. Pero esa expresión puede esconder algo
fantástico y misterioso.
Pretender encontrar la
verdad, puede ser más un don que una búsqueda. Quizás no se trata tanto de una
conquista personal como de desembalar un gran don, que se esconde en la
apariencia de lo sencillo. Entonces uno encuentra alegría en los días, consuelo
en las cosas inexplicables, e impulso y sentido para vivir mejor.
La verdad que más nos
importa es una verdad personal, la de los seres más queridos. Por esto la
verdad más grande ha de ser personal. La gran paradoja de la búsqueda
de la verdad es que la Verdad es quien nos busca, es la que “va tirando” de
nosotros. El cristianismo afirma que Dios, en su misterio de amor personal, ha
decidido libérrimamente relacionarse con los seres humanos, de un modo
asombrosamente familiar. Es Él quien se nos ofrece a sí mismo.
A la hora de definir el
ser humano -el ejemplo no es mío- me viene a la cabeza un pollino; o sea: un
burro. Ese animal resulta -si no es rencoroso y coceador- sencillo, laboriosos
y simpático. Pero se trata de un burro que puede tener una estrella en la
frente: una visión grandiosa y alegre de la existencia, pese a sus
dificultades.
La buena filosofía nos
ayuda a conocer nuestra humilde condición, preparando el camino para encontrar
nuestra más íntima verdad personal: la estrella de la llamada divina, que a
cada uno toca descubrir. Y con esa estrella -que lleva dentro mi nombre- ya no
soy solo un burro, sino un hijo querido.
José Ignacio Moreno Iturralde
Monday, March 17, 2025
La importancia de la formación cristiana
Hace muchos años
participé en una carrera por el campo en Soto del Real. Algunos íbamos muy bien
equipados. Había un chaval que llevaba un pantalón corto raído, una camiseta y
unas zapatillas bastante elementales. Empezó la carrera, de unos tres kilómetros.
Ese chico, que era el hijo de la lechera, empezó a correr a toda velocidad y no
le volvimos a ver el pelo. Sacó muchísima ventaja al segundo. Llevaba corriendo
toda su vida detrás de las vacas: estaba muy en forma.
Pienso que la formación
no se reduce a recibir unos conocimientos; sino que tiene que ver con el
sentido profundo de la palabra forma. La forma es la configuradora de orden, de
sentido, incluso de vida. Un embrión en el seno materno puede que no tenga todavía
una apariencia, una forma accidental humana, pero su forma sustancial, profunda
-su principio configurador de vida- es el de un ser humano.
Nos interesa cuidar el
físico, y hacemos muy bien. También es muy importante poner en forma la cabeza,
la voluntad y el corazón: Educar la mente -con contenidos verdaderos-, la
libertad –con virtudes- y los afectos -intentando llevarlos hacia el bien-. Por
ejemplo: es importante saber que el amor es ante todo un acto de la voluntad y
no solo un sentimiento. Es clave darse cuenta de que los amores verdaderos son
los que nos hacen ser mejor personas. Y opino que sucede lo mismo con los
pensamientos: si no me dan paz interior, si no me hacen ser mejor, son falsos,
por muy lógicos que parezcan.
Todo esto no nos quita personalidad,
sino todo lo contrario: facilita la única e irrepetible identidad de cada uno y
de cada una. La forma de las formas es el acto de ser concreto que Dios nos da
a cada uno… Quizás por esto se dice que Dios, aunque seamos miles de millones,
no sabe contar más que uno.
Un chiste malo se
pregunta "¿por qué los de Lepe dedican mucho tiempo a bucear? Porque en el fondo
no son tan tontos"… Pues eso: hay que profundizar. La formación más
significativa es la que supone una transformación. Hay que formarse para
transformarse. Lo que más nos transforma es sabernos queridos, perdonados y
valorados.
El cristianismo no es un
simple curso de formación, sino un encuentro libre y personal con Dios, que nos
quiere y nos limpia las heridas interiores. Un encuentro que nos hace ver lo
que es más importante y lo que es secundario; y por esto nos hace más libres.
Un encuentro que nos transforma y nos llena de alegría.
José Ignacio Moreno Iturralde
Saturday, March 15, 2025
La fuerza de la debilidad
Cuidar a una persona muy
mayor no siempre es agradable. Hay que prestarles servicios que pueden resultar
costosos; todavía resultan más difíciles si tal persona tiene un carácter
difícil. Pero ese familiar o amigo, avanzado en años, de vez en cuando muestra
una sonrisa sincera y un agradecimiento conmovedor.
Las atenciones que se
presten a personas pobres, enfermas o discapacitadas, en ocasiones son duras y
agobiantes; pero siempre dejan una satisfacción de llenazo en el hondón del
alma. Por este motivo, la ayuda a los necesitados es un buen medidor de nuestra
talla moral.
Respecto al aborto voluntario, con todos los
atenuantes que puedan concurrir en esa delicada situación, lo que resulta
preocupante es la total ausencia de misericordia para la criatura que se está
gestando. Aceptarle sería quizás una carga, pero también probablemente una gran
alegría… En cualquier caso es un ser humano, en una situación vulnerable, por
la que todos pasamos: alguien que podría llegar, desde su debilidad, a sonreír
a sus padres. Puedo entender -no aceptar- que alguien decida eliminarle; pero
lo que considero alarmante es la convicción legal y social de que abortar es un
derecho: el derecho a matar al propio hijo de las entrañas. Cuando la ley se
basa en la propia voluntad, y no en la naturaleza de las criaturas, la sociedad
se vuelve más despótica e inhumana. Sin embargo, cuando se asume la maternidad
y la paternidad entramos en un mundo familiar, donde el amor que da fruto se hace raíz de una civilización fuerte, que da prioridad a los más indefensos.
El ser humano es siempre
una sorpresa. Por esto, es asombroso constatar cómo algunos enfermos graves son
capaces de tener buen ánimo y alegrar a quienes les cuidan. Conozco ocasiones
donde un moribundo le da por hacer un chiste, o alguien afectado por un ictus
cerebral es capaz de hacer una broma para tomar el pelo a sus acompañantes.
Esto demuestra que el espíritu humano puede tener una realidad grandiosa. Es
precisamente la debilidad la situación de la que, de vez en cuando, surge una
rayo luminoso portador de fortaleza y
alegría.
José Ignacio Moreno Iturralde
Saturday, March 08, 2025
Los pensamientos verdaderos
Con frecuencia nos enfadamos, nos constipamos, y tenemos ganas de mandar a la porra bastantes cosas. Pero toda esa fragilidad es el contrapunto para encontrar fortalezas más sólidas y permanentes. Necesitamos la ayuda de los demás y de la de Dios para continuar con más garbo la vida. Hemos de esforzarnos por procurar evitar pensamientos negativos, tristes y tóxicos porque son mentira. Hay que subir hacia arriba como los salmones y elegir pensamientos positivos, generativos de esperanza… porque nos hacen ser mejores, porque son verdad.
José Ignacio Moreno Iturralde